Pensado en un principio para ser la opción predilecta de las familias de clase media en los EE.UU., el Chevelle se ofrecía como una opción más económica y cómoda al enorme Impala. Con espacio más que suficiente para 4 pasajeros y una motorización acorde pero que no se caracterizaba por su deportividad, el Chevelle se perfilaba para ser uno de los caballos de batalla de la marca al momento de su lanzamiento, en 1964. Pero este modelo no estaría en nuestra lista de no ser por la versión SS, con la que entró definitivamente en la categoría de los muscle cars. En la primera generación, el motor más grande era el "396", un V8 de 6.5 L que luego le dio paso (en la segunda generación, ya en la década de los 70) al impulsor más grande puesto hasta el momento en un Chevrolet: el LS-6 V8 "454" de 7.4 L con 450 CV y 677 Nm de torque, con el que el Chevelle podía hacer el ¼ de milla en alrededor de 13 segundos.