Uno de los iconos de la automoción norteamericana es el Cadillac Eldorado del 59. Posee las aletas posteriores más famosas de la historia automotriz, una oda a la bonanza que vivía EE.UU. en aquella época. Cromo por doquier, un V8 de 6.4 litros con 346 CV y dimensiones más propias de un barco que de un automóvil, el Eldorado Convertible del 1959 es además, con su marcha súper suave y relajada, el crucero del amor sobre el asfalto, que evidentemente se disfruta mejor al ritmo de una canción del rey del rock.