Aquí no se trata de una sola película, sino una trilogía completa que incluye espectaculares persecuciones. En todas se destaca el realismo y la brutalidad, sin miedo a los accidentes, a subirse a las banquetas e inclusive bajar escaleras como en la primera entrega -The Bourne Identity (2002)- donde el protagonista escapa en un viejo Mini. Las persecuciones no sólo se realizan en las estrechas calles de Europa del Oeste, en The Bourne Supremacy (2004) nuestro héroe acelera por las calles de Moscú con un taxi cuadrado ruso, o en The Bourne Ultimatum (2007) la acción se muda también a Nueva York. En todos los casos se muestra siempre el uso de la palanca de cambios y de los pedales, sumando más realismo a las persecuciones.